segunda-feira, 21 de outubro de 2013

[Ni una palabra]


Ni una palabra


brotará en mis labios

que no sea

verdad.

Ni una sílaba

que no sea

necesaria.

Viví

para ver

el árbol

de las palabras, di

testimonio

del hombre, hoja a hoja.

Quemé las naves

del viento.

Destruí

los sueños, planté

palabras

vivas.

Ni una sola

sometí: desenterré

silencio, a pleno sol.

Mis días

están contados,

uno,

dos,

cuatro

libros borraron el olvido,

y paro de contar.

Oh campo,

oh monte, oh río

Darro, borradme

vivo.

Alzad,

cimas azules de mi patria,

la voz.

Hoy no tengo una almena

que puede decir que es mía.

Oh aire,

oh mar perdidos.

Romped

contra mi verso, resonad

libres.



Blas de Otero



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